El reciente lanzamiento de la batería blade de segunda generación o batería blade 2.0, es la consolidación de todos los esfuerzos por parte de BYD para extender las capacidades de este componente clave.
Esta innovación demuestra cómo BYD ha conseguido perfeccionar de forma continua su batería LFP (Litio Ferro Fosfato – LiFePO4), llevando el diseño hasta su máximo potencial.
Potencial oculto durante muchos años
La batería LFP fue inventada por el físico estadounidense John B. Goodenough en 1997, después de descubrir como un compuesto metálico de hierro y fósforo creaban un cátodo capaz de conducir eficientemente los electrones. No obstante, su potencial como batería de alta potencia, no fue descubierto en occidente.
La razón de esto es porque se ha preferido el uso de las baterías NCM o NCA. Durante mucho tiempo fueron más fáciles de manufacturar y permitían, en promedio, mayor densidad energética.
Por otro lado, las baterías LFP son más baratas de fabricar, ya que reemplazan el cobalto con hierro, como mineral que estabiliza los enlaces químicos dentro de la batería. El hierro genera una estructura olivina, características de minerales fuertes y rocas ígneas.
Esta estructura consigue un mayor resistencia a los ciclos de carga y descarga. Además, de que otorga una gran robustez a la batería, resistencia al calor y a la perforación. Sin embargo, tiene la desventaja de que ofrece una menor densidad energética.
Aquí es dónde se destaca la pericia estratégica de la batería blade. La solidez estructural de una batería LFP le permitió a la marca China explorar múltiples diseños para incrementar poco a poco la densidad energética, sin perder robustez y seguridad.
Los resultados de este proceso de I+D (innovación y desarrollo) se vieron consolidados en:
- La estructura en forma de cuchillas de las celdas de la batería blade
- La mejora de los ánodos y cátodos de la batería
- La integración de la batería dentro del chasis (CTB)
Todas las invenciones anteriores permitieron que la batería incrementara su densidad energética y autonomía. Al mismo tiempo que potenciaron su capacidad de soportar ciclos de carga y solidez estructural, creando una batería que en promedio alcanza el millón de kilómetros de vida útil.

La batería Blade 2.0 lo lleva todo al siguiente nivel
La batería Blade fue lanzada oficialmente en 2020 y en promedio alcanza una autonomía de entre 400 a 500 km, una enorme mejora en comparación con los 204 km de autonomía del primer auto totalmente eléctrico de la compañía, el BYD e6 lanzado diez años antes.
La batería blade es altamente potente, llegando a hasta 160 Kw/kg en sus versiones más grandes, lo que permite aceleraciones menores a 7 segundos en la mayoría de los vehículos de la marca. Por supuesto, también hace posible el uso del ecosistema tecnológico de la cabina.
Todo lo anterior se potencia en la batería blade 2.0, la cual aprovecha la base tecnológica de su antecesora para perfeccionar y compactar sus componentes. De esta forma, alcanza una:
- Densidad energética de 210 kwh/kg A
- Autonomía superior a 1000 Km.
- Alta velocidad de carga, que permite cargar la batería por completo en menos de 10 mins.
Características como estas, sumado a los beneficios naturales de las baterías LFP, logra que muchos expertos interpreten la invención de la batería blade 2.0 como el detonante de una nueva generación de vehículos eléctricos.
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